Pedro Sánchez vendió como nuevo -y como una de las grandes novedades de su plan de regeneración democrática presentado este miércoles- un paquete de ayudas para la digitalización de la prensa que ya anunció la exvicepresidenta Nadia Calviño en septiembre del año pasado. Un proyecto que además lleva más de medio año en etapa de «manifestación de interés», uno de los pasos previos para poner en marcha un proyecto de ley.
Sánchez prometió 100 millones que saldrán de los fondos europeos Next Generation y que servirán para que televisiones, radios y diarios realicen acciones como crear bases de datos, reforzar su ciberseguridad o invertir en cambios tecnológicos. Una especie de kit digital que será parte del paquete de «regeneración democrática» que también obligará a las empresas periodísticas a publicar quiénes son sus accionistas, cuáles son sus fuentes de financiación y qué cifras de audiencia tienen con base en una medición «honesta».
Según han dicho a THE OBJECTIVE diferentes directivos de empresas periodísticas, este fondo para la digitalización de los medios podría convertirse en una nueva fórmula con la que el Gobierno premie a editores afines saltándose el control que él mismo quiere imponer para repartir la publicidad institucional. Este paquete de regeneración también apunta a que se restrinja la inversión publicitaria pública (estatal, autonómica y local) a los «pseudomedios» que «propaguen bulos», una vara de medir que también estará en poder el Ejecutivo.
Fondo para la prensa
En cualquier caso, estamos hablando de una iniciativa que está lejos de ser una novedad. Las ayudas a los medios vienen siendo un tema al que suele recurrir Pedro Sánchez cada vez que apela a la prensa como eje de la democracia. Desde los tiempos de la pandemia viene amagando con ayudas que cuatro años después todavía no ha concretado. De hecho, el propio fondo para la digitalización de los medios que se presentó el miércoles ya fue anunciado por la exministra de Asuntos Económicos en septiembre del año pasado.
En las jornadas anuales de la patronal tecnológica Ametic, Nadia Calviño indicó que su ministerio iba a abrir una manifestación de interés para dar ayudas al sector de los medios de comunicación destinadas a su transformación digital y para ciberseguridad. Calviño además avanzó que querían conocer las necesidades de inversión que tenía el sector y el tipo de proyectos que podrían desarrollar. «Se trata de inversiones que no solo son importantes para nuestra economía, sino también para el buen funcionamiento de nuestra democracia y la confianza de los ciudadanos», dijo.
Un par de semanas después, el por entonces Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital -a través de su Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial- lanzó una consulta pública dirigida a los medios de comunicación donde se les preguntó por estas cuestiones. El objetivo era identificar las necesidades y prioridades de los medios de información, prensa escrita y digital con respecto a su digitalización, en cada uno de sus subsectores y actividades, «con el fin de articular de la forma más eficiente un programa de apoyo a las actividades e inversiones para extender la digitalización en dichos medios».
Perte de la lengua
La consulta se cerró en octubre, pero desde entonces no se habían tenido noticias… hasta este miércoles, cuando Sánchez volvió a utilizarla en las Cortes como una de las medidas estrella de la nueva normativa. En cualquier caso, estas ayudas se enmarcan en la Agenda España Digital 2026, con actuaciones en el Perte de la Nueva Economía de la Lengua, con el que se está potenciando la inteligencia artificial en español y las lenguas cooficiales como factor de crecimiento económico y competitividad.
En septiembre del año pasado, el Gobierno justificaba estas ayudas indicando que «aunque el sector de información y comunicaciones es el segundo sector de la economía con mayor grado de transformación digital, su implantación es muy dispar y está sujeto a crecientes ataques y amenazas que pueden afectar a la seguridad en un ámbito clave para el buen funcionamiento de nuestras democracias».
De esta manera, recordaban que -a pesar de la existencia de programas de ayudas de la Agenda España Digital 2026- se identificó que los medios de comunicación no están accediendo a un apoyo comparable al de otros sectores. Por ello, se consideró «fundamental» articular instrumentos de ayuda que les permita evolucionar «no sólo en su contribución a la economía, sino también al buen funcionamiento de la democracia y la confianza de los ciudadanos», concluía el Ejecutivo en la presentación del proyecto.